K. Scott Allen propone en Spindrift una escala para valorar los resultados de una reunión entre la fuerza de ventas y los clientes. La idea es la siguiente: cuando vuelves a la oficina después de una preventa, los compañeros tienden a preguntarte cómo te ha ido. Como no hay una forma de calcular un valor empírico para eso pues cuesta lo suyo explicar el resultado.

Así que K. Scott Allen propone la siguiente escala, que tiene como única función el ahorrarnos algo de tiempo al describir el resutado de las preventas y que me he permitido traducir a continuación:

Nivel 1
Descripción: Calma chicha
Condiciones: El comercial presentó todo el material preparado por los técnicos sin alteraciones.

Nivel 2
Descripción: Suave
Condiciones: El comercial presentó algunas incorrecciones técnicas de las que nadie se dio cuenta. Por ejemplo, “nuestra base de datos está escrita en el fantástico lenguaje C# de Microsoft”.

Nivel 3
Descripción: Moderado
Condiciones: El comercial hizo algunas afirmaciones con las que no estarías de acuerdo. Por ejemplo: “nuestra aplicación usa AJAX proporcionando una experiencia de usuario espectacular”, cuando de hecho sólo 4 páginas de cada 100 usan AJAX.

Nivel 4
Descripción: Retorciéndote en la silla
Condiciones: El comercial hace algunas afirmaciones sobre escenarios que nunca has probado. Por ejemplo: “nuestro software escala a 10 millones de usuarios como si nada”.

Nivel 5
Descripción: Se está poniendo feo
Condiciones: El cliente pidió una característica de tal magnitud que sólo ordenadores cuánticos enfriados con nitrógeno líquido podrían hacer el trabajo. El comercial respondió que “si, estamos pensando en tenerlo para el próximo trimestre”.

Nivel 6
Descripción: “¿Pero qué coño?” descomunal
Condiciones: El comercial describió alguna característica del software que nunca has escuchado. A lo mejor fue algo que soñó, pero sabes que espera que lo hagas. Muy rápido.

Nivel 7
Descripción: Apocalipsis Now
Condiciones: El comercial presentó unos pantallazos de una “aplicación que estamos vendiendo” donde los pantallazos eran en realidad bocetos del interfaz de usuario hechos con Photoshop por un diseñador tatuado llamado Pablo que nunca más vino al trabajo después del último festival Burning Man.