He estado siguiendo el revuelo montado por el artículo “7 reasons I switched back to PHP after 2 years on Rails“, donde su autor habla de las razones que le llevaron a reescribir su principal aplicación web de PHP en Rails, como perdió dos años y volvió a reescribirla en PHP, abandonando Rails.

El artículo es interesante, seguramente no aplicará a todo el mundo, pero hay una conclusión más que interesante:

Durante dos años pensé que Rails era genial, y PHP una mierda. Rails es poderoso, PHP es una basura.
Estaba casi matando mi empresa, insistiendo ciegamente en que Rails era la respuesta a todas las preguntas,….

Es complicado sobrevivir a la vorágine de opinión que vivimos hoy en día. Se nos “venden” las maravillas de muchos lenguajes, frameworks, modelos, metodologías, etc. y se engrandecen los casos de éxito en busca de nuevos adeptos.

Pero la realidad es que hay que ser más práctico en muchas ocasiones. A veces, muchas diría yo, pensamos que si hiciéramos las cosas desde cero otra vez, nuestras aplicaciones serían muchísimo mejores. Pero la realidad es que las decisiones de diseño están marcadas por el momento en que se hacen. Malo sería que mirásemos una aplicación hecha 3 o 4 años atrás y no viéramos como mejorarla en algún aspecto.

Reescribir una aplicación que funciona es algo asequible para la gran mayoría de equipos. Pero reescribir cambiando de lenguaje de programación es otra historia, un gran porcentaje de conocimientos quedan invalidados en el momento en que tomas una decisión así.

Teorema:

En todo momento existe alguien en el mundo capaz de decirte que lo que estás programando se puede hacer mejor de otra manera.

Simplemente hay que aprender a vivir con ello.